Así es la original propuesta gastronómica de la agencia de publicidad The Kitchen. “Una mesa, ocho comensales y una carta con platos del día. Conoce nuestro menú para esta temporada. Si te apetece venir a comer, haz una reserva. Estás invitado”. Eso sí, sólo para anunciantes.
Los platos son de lo más sugerentes, haciendo alarde de creatividad como corresponde a una agencia/restaurante que se precia de tener buenas ideas para sus clientes. Al frente del comedor y de los fogones hay dos mujeres jóvenes y entusiastas, con interesantes curriculums en sus respectivos ámbitos profesionales.
Al otro lado de la cocina hay 50 profesionales de la publicidad que conforman la plantilla de la agencia. Una agencia, más o menos convencional en su trabajo, pero sin duda muy poco convencional en la forma en que lo venden. Su página web www.dommo.com respira juventud, entusiasmo y creatividad. Todo lo cuentan en blanco y negro, pero su esencia tiene mucho color, aunque para mí lo más colorido de todo lo que ofrecen es su cocina.
Mezclar la creatividad culinaria con la creatividad publicitaria me parece una idea brillante. De hecho, cuando yo era presidente de la Asociación Española de Agencias de Publicidad, responsable del festival publicitario El Sol, ya le propuse al famoso y mediático cocinero Karlos Arguiñano que fuese el presentador oficial de una de las ediciones del festival. Karlos no aceptó el reto, pero yo quería dejar patente con aquella propuesta que la creatividad no es un monopolio de los “creativos” publicitarios. La creatividad, como ya he dicho muchas veces, es una actitud, y todo el mundo puede ser creativo en su actividad profesional o en su vida privada, si decide adoptar una actitud creativa.
Los tiempos están duros para las agencias de publicidad, y es muy bueno que algunas de ellas, como hace The Kitchen, extiendan su creatividad a otros ámbitos que les dan notoriedad y les complementan.