Este fin de semana venía un reportaje en uno de los suplementos dominicales de los periódicos sobre el gran fotógrafo inglés David Bailey. Hablaba de una exposición que ha organizado la National Portrait Gallery de Londres, con el título de “Bailey`s Stardust”, en la que se recogen 250 de sus fotografías, algunas de ellas inéditas, como el retrato de la modelo Kate Moss, que ilustra el artículo.
Jessica Nieto, la periodista que escribe el artículo, dice que la sinceridad es la palabra que mejor define las fotografías de David Bailey. Y también que si David fuese un color, sería el blanco y negro, pues es el dominante de toda su obra. También recoge una frase del propio fotógrafo que dice de sí mismo: “Siempre busco la simplicidad”.
Todo esto me ha llevado a recordar mi propia experiencia con David Bailey, este gran artista que recibió la Orden del Imperio Británico en 2001, y a quien tuve el honor de conocer a finales de los años 70 cuando estaba en plenitud su gloriosa carrera, después de haberse divorciado de la segunda de sus cuatro esposas, la famosa actriz Catherine Deneuve, que sin duda contribuyó a dar mayor notoriedad a su trabajo como fotógrafo.
Siendo yo Director Creativo de la agencia Foote, Cone & Belding, contraté a David Bailey para dirigir un spot publicitario del champù Nacido de la Tierra, de la compañía Gillette. David no sólo dirigió el spot, sino que también, como era lógico, fue el responsable de la fotografía.
Rodamos el spot en el invernadero de una magnífica casa de Somosaguas, donde montamos un precioso cuarto de baño, en el que una modelo se lavaba el cabello. Para el plano final del pack shot del producto, David dispuso sobre una superficie de mármol varios utensilios relacionados con el cabello, arropando al producto. Un cepillo de nácar, unas cintas de colores, una cajita de plata y algunas cosas más que no recuerdo.
Rodó un primer plano con todos aquellos elementos alrededor del bote de champú. Y después fue quitando un elemento en cada nuevo plano que rodamos, hasta que en la última toma solo quedaba el producto desnudo sobre la plancha de mármol.
Me explicó que le encantaba la simplicidad, y que le gustaba ver cómo cada elemento que iba quitando hacía más poderosa la presencia del producto. Pero que era importante seguir ese proceso, porque las cosas que iba quitando le daban información sobre el ángulo más favorable de visión, cuando el producto finalmente se quedase solo.
Un tipo muy curioso David Bailey. Y un gran fotógrafo, sin duda. Su exposición de retratos en la National Portrait Gallery, puede verse en Londres desde el 6 de febrero hasta el 1 de junio de 2014. Si vais por Londres en esas fechas no os la perdáis.