La vanidad se exhibe sin pudor en el gran escaparate de YouTube, donde todo el mundo puede colgar sus vídeos personales, buscando los quince minutos de fama que Andy Warhol pronosticaba que la televisión ofrecería a todas las personas corrientes.
Internet lo ha hecho posible. No todos pueden salir en los medios de comunicación, aunque muchos lo intentan a través de los «reality shows» y los concursos de todo tipo. Pero cualquier persona puede exhibirse en la pantalla de su ordenador, ante una audiencia jamás imaginada.
Miles de vídeos se suben cada hora a YouTube y hay más de cien millones disponibles en la plataforma. Dar rienda suelta a la vanidad es sin duda el motor de este gran escaparate del ego.