Yo pude hacerlo la semana pasada, con ocasión de mi participación en el evento II Innovation Talks, organizado por IAB Spain.
La verdad es que fue una experiencia curiosa, mitad emocionante y mitad inquietante. Para empezar, se hace raro ver con el ojo izquierdo la perspectiva real y con el derecho una pequeña ventana que te acerca al mundo digital. Es una especie de ceremonia de la confusión, que sin duda requiere de cierta práctica para acostumbrarte. El mundo real y el mundo infinito de la información y de las posibilidades digitales se presenta ante ti en dos dimensiones que tu cerebro debe aprender a hacer compatibles.
En la pequeña pantalla del ojo derecho aparece un clásico menú con diferentes opciones que puedes encontrar y seleccionar usando la patilla derecha de las gafas. Basta con mover un dedo a lo largo de la patilla, en dirección a tu oreja, para que el menú se vaya deslizando por la pantalla. Cuando encuentras la opción que te interesa, das un golpecito con el dedo en la patilla y la ejecutas. Tomar una foto, por ejemplo. Cuando aparece «Take a picture» en el menú, tú sólo tienes que dar el golpecito y la cámara se pone en movimiento para captar la imagen que tienes encuadrada en la pantalla. Así de fácil.
También puedes usar la voz para indicarle al buscador de Google que aparece en el menú el tema sobre el que estás interesado. Y el buscador te mostrará en la pantalla las diferentes opciones de respuesta.
Tener que deslizar el dedo por la patilla de las gafas constantemente, o hablarle al sistema para solicitar información, pueden ser dos grandes inconvenientes a la hora de usar las Google Glass. Imagínate que vas por la calle hablando solo y moviendo la mano de adelante hacia atrás por el lateral de tu cara. Suena un poco a robot humano o a ciudadano del universo Orwell en «1984».
Para resolver estos problemas, un ingeniero español ha desarrollado y patentado un mando a distancia especial para las Google Glass, que permite actuar con ellas desde un dispositivo que puede llevarse con facilidad en el bolsillo, y que actúa sin necesidad de acercarlo a las gafas. Se trata de Juan Carlos Barambones y de su empresa Remote Glass que, sin duda, serán desde ahora un objetivo a seguir por la compañía Google, ya que, como ellos mismos han expresado, las Google Glass todavía están proceso de mejora. Y no sería de extrañar que el invento del ingeniero español pudiese ser incorporado de alguna manera al desarrollo futuro del proyecto.