El Club de Creativos ha decidido otorgar este año el c de c de Honor a NCK (Norman, Craig & Kummel) y a tres de sus más reputados creativos: Agustín Medina, Manuel Valmorisco y Jorge García, este último a título póstumo, por su significativa aportación a la publicidad española de los años 70 y 80.
Una labor que quedó plasmada con la creación grandes anuncios para marcas como La Casera (‘Si no hay Casera, nos vamos’), los vaqueros Cimarrón (‘Los jeans que mejor se mueven’, una de las primeras campañas que se rodaron fuera de España, en este caso en Hawai) o Schweppes, para la que crearon la popular serie del Hombre de la Tónica (protagonizada por Bernard Lecoq), concebida por Medina y García y, más tarde, desarrollada también por Valmorisco.
El c de c de Honor fue instituido en 2006 para premiar la trayectoria profesional y la contribución al trabajo creativo. El de este año se entregará el próximo 9 de abril, en el Kursaal de San Sebastián, en el transcurso de la Gala de la Creatividad Española que servirá de cierre a los días c de c 2016.
El c de c de Honor se decide por una comisión formada por los creativos que han ocupado la presidencia del c de c desde sus inicios. Actualmente, la forman Juan Mariano Mancebo, Toni Segarra, José Luis Esteo, Miguel García Vizcaíno, Rafa Antón, Antonio Montero, Ezequiel Triviño, Carlos Holemans y Guille Viglione. La elección es posteriormente refrendada por la junta directiva de cada momento.
Boutique y multinacional
De origen estadounidense, NCK llegó a España en el año 1964, pero no despegó creativamente hasta 10 años después, cuando la multinacional envió a nuestro país a Michael Woodward, como presidente, y él contrató, entre otros, a una serie de creativos. En Estados Unidos, NCK destacó por su visión rupturista de lo que era la publicidad. Como muestra, basta destacar que Norman Norman, uno de sus fundadores, basaba toda su filosofía de agencia en un concepto revolucionario entonces y que todavía hoy sigue de actualidad: la empatía. En España, entre los fichajes destacaba Jorge García, un joven director de arte que procedía de Lintas. Tras Jorge se incorporaron los otros dos galardonados y el trío coincidió entre finales de los 70 y principios de los 80.
Una de las novedades que se señalaba respecto a la NCK española era su cuidado en la producción audiovisual, un aspecto minusvalorado en esos momentos en España. Jorge García, que más tarde se dedicó exclusivamente a la realización, impuso una forma de trabajar que era infrecuente en nuestro país. Trabajaba con productoras extranjeras e involucraba a la agencia en los castings. Recuerdan los que trabajaron con él que hacía que los redactores ensayasen los textos con los actores antes de rodar, que vieran los copiones completos para seleccionar tomas y que estuvieran presentes en todo el montaje. La producción se integraba en el proceso creativo. El éxito de la fórmula fue inmediato.
NCK era por aquel entonces una agencia que compartía rasgos de boutique y de multinacional. Los socios norteamericanos dejaban mucha libertad a los creativos españoles, porque los resultados de la agencia eran excepcionales. La burocracia era escasa y línea de decisión muy corta, con lo que se podía producir con mucha agilidad.
Gracias a esa especial forma de hacer y al talento creativo que en un momento dado se reúne en la agencia, NCK sigue creciendo y empieza a trabajar para grandes cuentas, como Colgate, Kanfort, Citroën, Iberia, Colón, Super Ser, Ajax Pino, Telefunken, Yoplait y Domecq, además de las ya citadas (Schweppes, La Casera o Cimarrón).