En Publicidad, cuando todo va bien, si no te cambias de empresa estás perdiendo tiempo y dinero. Porque es seguro que muchas empresas que no van tan bien como la tuya estarían dispuestas a ofrecerte cualquier cosa para poder contar con tus servicios. Así, son las cosas. Para triunfar hay que batir récords todos los días. Y los retos siempre son más interesantes en situaciones de crisis.
Roberto Arce, uno de los grandes creativos españoles de los años sesenta, decía que para triunfar en Publicidad hay que estar siempre nadando contra corriente. Bueno, él iba un poco más allá porque la corriente a la que se refería era la que se establece en la taza del wáter cuando se tira de la cadena, O sea, que se trata de nadar contra la corriente y contra el torbellino que te lleva al abismo.
También decía más o menos lo mismo Sedelmaier, un gran director de cine publicitario americano, que empezó su carrera de realizador a los cincuenta años, cuando estaba en la cresta de la ola como director de arte, profesión a la que había dedicado toda su vida. Cuando un periodista de la revista Interview le preguntó por qué se había decidido a hacer un cambio tan drástico, Sedelmaier le dijo que en el mundo de la publicidad o te mueves constantemente hacia arriba, o te mueven hacia fuera.
Las opiniones de Roberto Arce y de Sedelmaier, referidas al mundo de la publicidad, son aplicables también a cualquier otra actividad encuadrada en el ámbito de los negocios. Si cuando las cosas van bien te relajas y te acoplas al éxito, lo más probable es que en el mejor de los casos sobrevivas sin pena ni gloria. Pero no esperes triunfar a lo grande, porque para eso tienes que vivir siempre al borde del fracaso, en el filo del riesgo, que es donde están todas las buenas oportunidades.