El Punto de Venta
El lugar más común para desarrollar experiencias de marca suele ser el punto de venta, la tienda donde el cliente toma contacto físico con el producto. Un lugar que está al alcance incluso de los presupuestos más modestos. La tienda es un escenario natural donde la marca puede jugar con la decoración, la ambientación, las demostraciones de producto y las performances, así como experimentar las más sofisticadas técnicas del moderno neuromarketing.
Todas las marcas utilizan hoy día las tiendas de una manera u otra para hacer vivir al cliente la experiencia de la marca. Sin embargo, la tienda ya no es solamente el espacio físico y permanente donde las marcas venden sus productos. Ni siquiera las modernas tiendas pop-up que, siguiendo el patrón de los anuncios de Internet con el mismo nombre, abren y cierran sus puertas en un corto periodo de tiempo y en los lugares más insospechados, desde locales convencionales de cuatro paredes hasta un contenedor en un puerto marítimo, un vagón de tren o una burbuja de cristal montada en medio de una plaza pública.
Ahora el mundo entero es el espacio de la tienda, porque los clientes están en cualquier sitio de ese mundo global y digital donde la marca es la única referencia que nos identifica. Eso, más que un problema es una gran oportunidad, porque ya no es necesario traer al cliente hasta la tienda, incluso puede que ya no haga falta ni siquiera tener tienda.
La experiencia coreana
Hace años que un supermercado coreano ofrece sus mercancías en las paredes de una estación de metro de Seúl, donde se pueden ver fotografiadas todas las estanterías clásicas de un típico supermercado, con sus códigos de barras que el cliente puede escanear desde su teléfono móvil, realizando así una compra virtual, que se convierte en real cuando el súper le hace llegar el pedido hasta su casa.
Los productos pueden estar en un almacén de un polígono industrial alejado de cualquier zona urbana y, por supuesto, lejos de los carísimos locales de un centro comercial al uso.
Esas marcas que ahora se mueven en un entorno digital pueden y deben usarlo como un escenario propio para desarrollar su teatro de la marca, su brand experience, que en el medio digital será mucho menos costoso que en el real y que además podrá adoptar todo tipo de escenificaciones creativas e impactantes.
Ropa interior en Reality Show
La marca Heidi, perteneciente al grupo Diesel, imitó la fórmula de los reality shows para hacer vivir la experiencia de su colección de prendas íntimas. Para ello encerró durante un mes en un espacio controlado por varias cámaras a una pareja de modelos femeninas y un modelo masculino. Se suponía que las dos chicas habían secuestrado al chico (un vendedor de la marca) y se habían hecho con todo el catálogo de prendas, que tanto él como ellas iban a lucir durante todo el tiempo de estancia en la casa.
Los espectadores podían seguir en directo, vía Internet, todos los movimientos del trío e interactuar con ellos, sugiriendo todo tipo de ideas. Entre las ideas recibidas la marca elegía las más divertidas o las más populares y las ponía en práctica, haciendo que los personajes se disfrazasen, llevaran a cabo una pelea de almohadas o se sumergieran en una bañera llena de espuma. Siempre con el chico y las chicas en ropa interior, mostrando todos los modelos de la colección.
La oportunidad de realizar acciones especiales en los medios digitales es infinita, y con una buena estrategia detrás puede ser una herramienta clave en el brand experience de cualquier empresa.